martes, 25 de noviembre de 2008

Don Diego del Barco y de la Zendeja


En el Archivo General Militar de Segovia, 1ª Sección, Legajo B – 709, se conserva la Hoja de Servicios de un oficial español de artillería, natural de La Coruña, que con 28 años asistió a la batalla de Medina de Rioseco al mando de una de las cuatro baterías de artillería que el Ejército de Galicia desplegó en aquella batalla.

Aunque las Hojas de Servicio de los oficiales del Real Cuerpo de Artillería son algo escuetas, tenemos muy fundadas razones para pensar que Diego del Barco estuvo al mando de la batería de Artillería a Caballo, adscrita al Cuartel General de Joaquín Blake, y que en la batalla desplegó con la 4ª División del Mariscal de Campo marqués de Portago.

Ello es así porque durante el resto de la guerra estuvo siempre destinado al frente de la Brigada Maniobrera de Artillería del los Ejércitos de Galicia, Izquierda, 5º y 4º Ejércitos de operaciones; primero como Capitán de una de las Compañías de Artillería a Caballo del Ejército del Marqués de La Romana, y luego como Comandante de Escuadrón del mismo Cuerpo.

Diego era hijo de don Pedro del Barco, Teniente retirado de la Real Armada con 47 años de servicio en los Correos Marítimos, y de doña Manuela de la Zendeja. El matrimonio tuvo 6 hijos, de ellos cuatro varones, todos militares y artilleros: Diego, Pedro, José y Agustín.

El capitán Diego del Barco ingresó en el Real Colegio de Artillería de Segovia como Cadete en marzo de 1796. Tres años después ya era Subteniente del Cuerpo. En abril de 1808, un mes antes de comenzar la Guerra de Independencia, fue ascendido al grado de Capitán.

Durante la guerra su carrera, merced a su valor y capacidades, fue vertiginosa. Ascendido a Coronel en octubre de 1810, en junio de 1811 ya era Brigadier.

Participó en las batallas de Rioseco, Zornoza, Durango Gueñes, Balmaseda, Espinosa de los Monteros, Puente de San Paio en el que conseguiría el grado de Teniente Coronel y una medalla de distinción.

Asistió también a la Sorpresa de Benavente y Ataque sobre la Plaza de Zamora en septiembre y octubre de 1809; a la batalla de Medina del Campo, a la de Alba de Tormes en la fue herido y tomado prisionero consiguiendo fugarse semanas después, reincorporándose al 4º Regimiento en la Coruña el 3 de febrero de 1810.

No llegó a ver acabada la guerra, al igual que su hermano José fallecido en el Sitio de Tarragona, Diego murió, junto al mar que le había visto nacer, en acción cuando la contienda ya finalizaba. Su muerte se produjo el 26 de febrero de 1814, de resultas de una herida de metralla en la cabeza recibida, cinco días antes, mientras dirigía, al frente de una brigada de infantería, las operaciones del asedio a Laredo, que aún resistía en manos francesas.

Reproducimos a continuación parte de una carta conservada en su Expediente Personal sito en el AGM de Segovia:

“ El Señor Duque de Ciudad Rodrigo y el General en Gefe del 4º Exercito Don Manuel Freyre en sus partes dados en 8 de marzo ultimo con motivo de la toma de Laredo y de sus fuertes, hicieron el mas alto elogio del mérito y distinguidas calidades del Brigadier Don Diego del Barco, Teniente Coronel Comandante de Escuadrón del Real Cuerpo de Artillería, que había fallecido de resultas de las heridas recibidas en la noche del 21 de febrero anterior dirigiendo las operaciones de aquel asedio, como Comandante General de las fuerzas destinadas en aquel punto.

Y ambos Generales expusieron que, supuesto no podía Barco por su desgracia recibir de la Patria el digno premio a que le hacían acreedor sus recomendables circunstancias y el importante servicio que acababa de ofrecerla, les parecía justo que, pues ya ni existe él, y si su laudable memoria, se conservase esta haciendo extensiva en algún modo la gracia con la que hubiera reconocido sus servicios, fixando el premio en uno u otro de su familia...”

Días después los Secretarios de Despacho de Hacienda y de Gracia y Justicia acordaron conceder, previo acuerdo de la Regencia, la pequeña Cruz de la Real Orden de Carlos III al padre, don Pedro del Barco, y a la madre de Diego y a sus dos hermanas pequeñas, Manuela y Josefa, el disfrute, como pensión vitalicia, del sueldo de Diego como Comandante de Escuadrón de Artillería.

Diego, Pedro, José y Agustín, los cuatro hijos coruñeses de don Pedro del Barco, que dieron su vida por España durante la guerra de la Independencia, a los cuales como de deuda le debemos como mínimo a uno de ello el reconocimiento con una calle en nuestra ciudad de La Coruña.

Coruñés Ilustre, en definitiva.


Fuente: "The Royal Green Jackets"

martes, 18 de noviembre de 2008

Mapa de La Coruña


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En este mapa se sitúan los lugares de principal interés en tema napoleónico y de Guerra de Independencia.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Pecios Bicentenarios de La Coruña

Parte de la historia oculta de la batalla Elviña empieza a asomar bajo los lodos de la bahía coruñesa. Una expedición arqueológica subacuática bendecida por el Ministerio de Cultura ha empezado a sacar a la superficie los restos de los naufragios de las al menos siete embarcaciones inglesas que no pudieron completar la huida de la ciudad ante el acoso de las tropas napoleónicas del mariscal Soult.

Aquellos fríos días del 16 y 17 de enero de 1809, mientras sir John Moore y un grupo de sus mejores soldados se empleaba a fondo en contener el avance de los franceses para facilitar la evacuación de sus heridos de A Coruña, el golfo Ártabro se llenó de una lluvia de plomo procedente de los cañones de los galos, que querían consumar su victoria destrozando al ejército inglés.

En ese intercambio de cañonazos, siete de los barcos de la flota británica acabaron bajo las aguas, al pie del castillo de San Antón y allí han permanecido a lo largo de los últimos doscientos años, sin más visitas que las de los submarinistas que disfrutaban del valioso tesoro histórico.

Para proteger de cualquier posible expolio las piezas supervivientes después del hundimiento de las embarcaciones, la asociación napoleónica Royal Green Jackets, junto con un grupo de submarinistas especializados en la recuperación de piezas, iniciaron en el año 2004 los trabajos de localización y señalización de las embarcaciones.

Para ello, recabaron el apoyo del entonces alcalde de A Coruña, Francisco Vázquez, y empezaron a buscar financiación para lograr los más de 120.000 euros que se estimaba entonces que costaría reflotar los buques y su contenido. Hasta el momento, la agrupación histórica han conseguido la mitad de ese dinero, merced a una subvención del Ministerio de Defensa, por importe de doce mil euros, y a la agilización de todos los permisos necesarios para la exploración por parte del Ministerio de Cultura, que dirige el coruñés César Antonio Molina.
Con ese dinero, Manuel Arenas, uno de los impulsores del proyecto, junto con Miguel San Claudio y Alejandro González Caramés, destaca que se han puesto en marcha «un treinta por ciento de las excavaciones». El problema, añade, «es que ahora no tenemos dinero y buscamos instituciones, públicas o privadas, o donaciones de particulares, que nos ayuden a recuperar una parte de nuestra memoria histórica como ciudad en un episodio clave en su época».

En estas primeras prospecciones se han localizado algunas piezas únicas, como las balas enlazadas. También cuatro cañones de bronce separados del barco principal, aparentemente un carguero de amplias dimensiones. Ánforas, una espada, cerámica diversa y munición completan la primera parte de los hallazgos, que ya reposan en el Museo Militar a la espera de su limpieza y clasificación.

La Voz de Galicia, 15/11/2008. Francisco Espiñeira.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

General Sir John Moore


Nació en Glasgow (Escocia-Inglaterra) en 1761 y falleció en La Coruña el 16 de enero de 1809.

General Ingles que tomó parte en la guerra de la independencia, al lado de las tropas españolas y halló la muerte en la famosa batalla de Elviña, librada en las afueras de La Coruña.

El general británico Sir John Moore, había sido enviado a España el año 1808 encomendándosele al mando superior del Ejército inglés, compuesto por 30.000 hombres, con la misión de colaborar en el intento de expulsar de nuestro territorio a las tropas napoleónicas.

Napoleón, que había llegado a Madrid en los primeros días del mes de diciembre de 1808, al tener conocimiento de la presencia del Ejército inglés en el valle del Duero, decidió marchar contra él, con 70.000 hombres, llegando a Astorga, a las puertas de Galicia, el 2 de diciembre de 1808. Mas, requerida su presencia en París por graves problemas de Estado, regresó urgentemente a Francia, dejando programada, antes de marchar, la ocupación de Galicia y Portugal que encomendó a sus mariscales Soult y Ney.

Sir John Moore que tenía establecido su Cuartel General en Salamanca desde Septiembre de 1808, al tener información de la llegada a la Península de nuevos contingentes de tropas francesas en cifra muy superior a las suyas y acaudilladas por el propio Napoleón, decidió emprender su retirada hacia Galicia. En dicha retirada, el Ejército inglés sufrió más a causa de la inclemencia del tiempo, que por los ataques de sus perseguidores. Sir John Moore llegó a La Coruña, donde fue recibido con gran entusiasmo el 11 de enero de 1809, cuando aún no había arribado al puerto coruñés la escuadra que había de llevarle a él y a sus tropas a Inglaterra.

Los franceses no llegaron a las puertas de La Coruña hasta el 14 de enero, el mismo día que, por fortuna para los ingleses, fondeó su escuadra en el puerto herculino. La presencia de las naves exarcebó la belicosidad de las tropas francesas dispuestas a impedir el reembarque de los ingleses, que casi estaban en trance de capitulación. Soult se dispuso al asalto definitivo.

Al amanecer del día 16 de enero (1809) se encontraban frente a frente dos Ejércitos que encarnaban dos tendencias opuestas de la política europea, acaudillados por dos colosos del arte de la guerra: el general británico Sir John Moore y el mariscal francés Juan de Dios Soult.

Sir John Moore contaba 48 años de edad y desde los 15 prestaba servicios militares. A los 25 ya era general y a los 37 había sido nombrado Mayor general. Había peleado en las campañas de América del Norte, Gibraltar y Córcega, en la India, en Irlanda y en Holanda. Después asistió al sitio de El Cairo, mandó un Cuerpo de Ejército en Sicilia y con 10.000 hombres partió a prestar ayuda a los suecos contra los franceses, rusos y daneses. Pasó a Portugal y entró en España hasta Salamanca donde comenzó la retirada hacia Galicia. Su valor y su pericia le habían dado una inmensa popularidad. Perteneciente a una nación en la que no abundan los militares mimados por la fortuna, poseedor de un brillantísimo historial y en pleno apogeo de su prestancia varonil, su fama había cundido por todos los ámbitos de la Gran Bretaña. Era envidiado por los hombres y admirado por las mujeres y amado, en un relativo secreto y sobre toda ponderación (con arreglo a las normas románticas de la época) por Lady Esther Stanhope, a la sazón de 33 años, extraña figura femenina, sobrina de Pitt, dotada de una extraordinaria belleza, de un claro talento y de una energía y originalidad excepcionales.

Contaba el General inglés con un lúcido plantel de capitanes integrado por Sir David Baird, Hope, Fraser, Lord Paget, Hill y Beresford. Y al mando de Soult figuraban héroes de la talla de Meriner, Merle, Delaberde, La Housaye, Lorge y Franceschi.

La batalla fue muy costosa para ambos bandos contendientes. Alcanzado por una bala de cañón en el hombro izquierdo Sir John Moore, hubo de ser retirado de la línea de fuego evacuado a la ciudad. También fue herido en la batalla el general inglés Sir David Baird por lo que se hizo cargo del mando el general Hope. Fue, en realidad, una batalla sin vencedores ni vencidos pues Soult consiguió su propósito de expulsar de la península un brillante ejército y Moore logró el reembarque del grueso de sus tropas.

Las fuerzas de guarnición en La Coruña, una vez embarcados los ingleses, consistían en dos batallones de milicias y un reducido número de paisanos armados. A la doce de la mañana del día 18 de enero, Soult envió un emisario a parlamentar con el Gobernador militar, el cual convocó a las autoridades explicándoles la imposibilidad de defenderse. La capitulación fue firmada el día 19, aunque los franceses ya habían entrado en la ciudad el día 18.

La ocupación de la ciudad por las tropas duró aproximadamente seis meses, desde los mediados de enero a mediados de junio del citado año 1809.

El cuerpo ensangrentado del caudillo inglés recogido en el campo de combate, había sido conducido a la casa número trece del Cantón Grande. El general todavía vivió unas horas, pero sobre las diez y media de la noche expiró rodeado de sus consternados ayudantes. Esa misma noche fue conducido el cadáver al baluarte de San Carlos, donde al pie de la muralla, fueron enterrados sus restos mortales. De esta primera sepultura fue posteriormente transportado el héroe a la que hoy ocupa, por orden del Marqués de la Romana. A esta última sepultura es a la que se refiere Borrow (Jorgito el inglés) que visitó La Coruña en 1836, con las siguientes palabras: "Es un delicioso paraje y la perspectiva que se abre ante él, extensa". Tres años después, el General Mazarredo organizó una suscripción pública para arreglar la tumba y hacer el trazado del jardín que en la actualidad la rodea.

El jardín de San Carlos es, para los coruñeses, un lugar de recogimiento. En este encantador, apacible e histórico rincón coruñés suele reinar un gran silencio solamente atenuado por las risas de los pequeñuelos que juegan por sus carreros, los trinos de los pájaros de sus inmensos árboles y el rumor del mar que se encuentra treinta metros más abajo. En la parte sur del jardín se abre sobre la bahía un estratégico mirador, que nos ofrece una dilatada y hermosa visión de la ciudad y sus lejanías. A ambos lados, dos grandes lápidas reproducen los poemas dedicados a Sir John Moore por el poeta inglés Charles Wolfe y Rosalía de Castro.

Por Mark Zbigniew Guscin
Vocal de la Asocación Histórico Cultural " The Royal Green Jackets "
Miembro del Comité Organizador de la Batalla de La Coruña.

martes, 11 de noviembre de 2008

jueves, 6 de noviembre de 2008

The Royal Green Jackets



Fundada en Enero de 1996, la Asociación Histórico Cultural "The Royal Green Jackets" tiene a gala el hecho de haber constituído el primer grupo de recréación histórica napoleónica de España, con la recreación del 4º Regimiento del Real Cuerpo de Artilleria, con acuartelamiento en la plaza fuerte de La Coruña.

Le cabe el honor a esta asociación coruñesa de ser la anfitriona y organizadora de la recreación de la Batalla de La Coruña, el mayor evento de recreación napoleónica de la Peninsula Ibérica con un número que supera los 1200 recreadores venidas de todas las partes del mundo, evento reconocido internacionalmente por su calidad y buena organización. Para llevar a cabo la organización de este destacado evento, se constituyó en 1998 el Comité Organizador de la Batalla de La Coruña, formado por representantes de distintas instituciones y asociaciones coruñesas. Este Comité tiene por presidente de Honor al Exmo. Sr. Alcalde de La Coruña y S.A.R. El Duque de Gloucester y está constituído por el Exmo. Ayto de La Coruña, el Consorcio de Turismo de La Coruña, la Asociación Napoleónica Española y la Asociación Histórico Cultural "The Royal Green Jackets"

Otra de las actividades más destacadas es la celebración anual en el mes de enero de los actos conmemorativos de la Batalla de La Coruña y muerte del General Sir Jonh Moore. Tiene en la actualidad más de sesenta miembros

miércoles, 5 de noviembre de 2008

La Batalla de La Coruña

El encuentro entre los dos ejércitos se produjo en el llano de Elviña, en las inmediaciones de la ciudad de La Coruña en la que se hallaban fondeados los barcos de la Royal Navy dispuestos para la evacuación. Lejos de actuar como un ejército derrotado y diezmado las tropas británicas se propusieron proteger la evacuación rechazando los ataques franceses, normalmente mediante la propia infantería ligera creada por Moore.

Cogiendo lo mejor que quedaba de sus tropas (entre ellos los regimientos 51st Highlanders y 95th Rifles), Moore se enfrentó a los franceses y consiguió evitar la destrucción total, dando a sus exhaustas tropas el tiempo necesario para embarcar en los transportes anclados en el puerto. El propio Moore fue herido en el hombro izquierdo por un proyectil de cañón durante la batalla, falleciendo poco después en la ciudad de La Coruña, pero con la satisfacción de ver como su ejército se salvaba de la destrucción.

El fuego de cobertura de los barcos de guerra mantuvieron a Soult a distancia permitiendo a los británicos embarcar sin problemas y retornar sanos y salvos a Gran Bretaña. Los sucesivos ataques franceses fueron rechazados y el ejército británico se retiró con una pérdida de aproximadamente 900 bajas (entre muertos y heridos) incluyendo al propio Sir John Moore. Las bajas francesas ascendieron a aproximadamente 2.000 hombres. El Mariscal Soult pudo tomar la ciudad poco después de que la abandonaran las tropas británicas y, al encontrar el cuerpo del comandante británico, decidió enterrarlo con los honores que merecía.

martes, 4 de noviembre de 2008

Foto de la Batalla de Elviña




Carga de Caballeria en la Batalla de elviña

Actos en la Plaza de Maria Pita

Presentación

Este es mi primer post y será de presentación. Como podeis comprobar este blog tratará sobre las guerras napoleónicas en general y en la Revolución española contra el francés, que comenzó en el año 1808 hace este año 200 años, en particular.

En este blog iré haciendo un recorrido por dicha época y tratar a fondo el tema bélico, sobre todo los hechos del noroeste peninsular que es lo que me queda más cerca.

Al pertenecer a la Asociación Histórico Cultural "The Royal Green Jackets"de La Coruña, primera asociación de este tipo creada en España (16 de Enero de 1996) también trataré muy afondo el tema de las recreaciones históricas.

Lo que espero de este blog es primero divertirme, tener un aliciente a la investigación histórica y de paso la divulgación de los conocimientos que vaya adquiriendo, por cierto, si alguien visita el blog y desea hacer cualquier puntualización y colaborar conmigo estaré encantado.

Un saludo